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El pasado 29 de diciembre el Presidente de la República sancionó la Ley 1429 como Ley de Formalización y Primer Empleo.
Con medidas tan atractivas como un 0% de impuesto de renta los primeros dos años de existencia y una progresividad que lleva a pagar el 100% tan sólo al cabo del sexto año se vislumbran grandes oportunidades para que, por ejemplo, pequeñas empresas formales inicien su actividad económica del 30 de diciembre del 2010 en adelante. Así, un proyecto con menos de 50 empleados y activos inferiores a 5.000 Smlmv (la pequeña cifra de 2.700 millones de pesos) obteniendo su registro mercantil en el 2011 contará con una ventaja competitiva enorme frente a sus competidores en operación. De al menos 33% de margen en su negocio, eso sin contar con los otros beneficios que la norma trae para incentivar la formalización.
Sin embargo, dicha ley no se limita a promover formalización a través del interesantísimo incentivo tributario en renta, lo hace también a través de medidas novedosas como una favorable progresividad para el pago de parafiscales y de la tarifa del registro mercantil, así como de una radical simplificación del trámite correspondiente a la liquidación de empresas entre otros. Promueve la generación de empleo formal a través de estímulos de tipo fiscal para cuando se beneficien jóvenes, reintegrados, desplazados, incapacitados y mujeres mayores, a la vez que simplifica algunos trámites laborales. En resumen, ofrece un atractivo marco para que inicien proyectos legales, registrados, que pagan impuestos y compiten por salir adelante.
Definitivamente se trata de una excelente iniciativa, busca atacar una de las grandes barreras al desarrollo de la competitividad en el mercado nacional, la informalidad. Si bien no es la primera vez que se propone desde lo normativo una política pública concreta, sí puede ser esta una oportunidad única para quienes pretenden, ya...