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El personaje de Juanpis González que inventó es un transgresor político. A muchos les encanta, a otros los aterra. Pero hay que aceptar que es un éxito. ¿Qué ha significado para usted? El éxito para mí no se basa en tener seguidores, en tener likes y ganar plata. Sino poder acostarme feliz cada noche sabiendo que hago lo que me gusta. Así no les llegue a miles, con que le llegue a una persona y le cambie la mentalidad, ya he ganado muchísimo. Tengo entendido que una parte de lo que produce Juanpis se lo mete a obras sociales... No puedo con la injusticia, y trabajamos por ello. Ahorita, reunimos en el Movistar Arena a más de 10.000 personas y recogimos 500 millones para darles a tres fundaciones. Entonces, si tengo que ser más ácido con el personaje, lo voy a hacer. ¿Quién es Alejandro Riaño, el hombre detrás de Juanpis González? Un ciudadano colombiano que está cansado de muchas cosas que pasan en nuestro país y que por medio de la comedia trata de sensibilizar a la gente y llevarle un mensaje muy claro a través del arte, una de las armas más poderosas. Creo que el éxito del personaje ha sido precisamente ese, el poder decir lo que los otros no se atreven. Vi la entrevista que le hizo a la ambientalista Brigitte Baptiste. Juanpis fue muy irreverente con ella, pero ella estuvo en su puesto todo el tiempo. Pero decirle a Brigitte Baptiste, como estribillo, ‘oiga marica’, o preguntarle si le debe decir huevón o huevona, a eso solo se atreve Juanpis, y no muchos se lo entienden... Se lo consulté antes de la entrevista. Y ella me dijo que la discriminación a su condición sexual es absoluta, que personas como Juanpis hay en todas partes, que no dejan de mirarla, de tratarla mal. Y entonces antes de iniciar le anuncié que yo iba a ser ese personaje, que esperaba que aguantara, porque quería transmitir el mensaje que era. Y así se dio. Mire, en mi vida normal nunca le digo huevón a nadie, y cuando entro en el personaje no dejo de decir huevón, marica. Es todo lo incorrecto. Hay personas que no lo soportan porque es muy grosero, le confieso...