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El sistema de salud subsidiada comenzó a derrumbarse. Las Empresas Promotoras de Salud dicen que el Gobierno les debe dos billones de pesos, en tanto que las Instituciones Prestadoras de Salud (clínicas y hospitales) aseguran que la deuda pendiente de las EPS suma tres billones, pero el Ministerio de Salud habla de hacer una reforma rápida, a través de decretos, que incluye el giro de más de tres billones de pesos para solucionar la emergencia.
Sin embargo, los expertos afirman que la situación es tan crítica, que cualquier solución temporal solo conduce a que el erario público siga perdiendo dinero, y la atención a los usuarios continúe deteriorándose.
Para muchos, la gota que llenó la copa fue la unificación del Plan Obligatorio de Salud, pues el Gobierno ordenó atención para todos, pero el dinero que el régimen contributivo le gira al subsidiado no alcanza para cubrir las nuevas necesidades.
Hoy, la realidad es evidente: mientras los eslabones del sistema (EPS e IPS) tengan que trabajar a pérdida, los operadores no prestarán el servicio. Así mismo, solo la tercera parte de los afiliados aporta para...