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El candomblé es un culto de posesión de raíces africanas que, al igual que la santería cubana o el vudú haitiano, muestra una originalidad extrema en relación a sus antecedentes trasatlánticos. En efecto, lo que en Nigeria, Benin o Angola - las principales fuentes africanas que han alimentado los cultos afroamericanos - fue un conglomerado dispar y no sistemático de divinidades, espíritus, sacerdotes de distinto tipo y prácticas místicas, en Brasil se fundió en un único templo, bajo el control de un solo sacerdote, con un panteón coherente y con secuencias ceremoniales pautadas.
La primera fusión que conformó al candomblé fue, pues, entre prácticas dispares provenientes del mismo o de distintos territorios africanos. Ahora bien, esa fusión no se produjo por sí misma, como relación que sólo ponía en juego a elementos culturales negros. De la misma manera, el candomblé no era en su nacimiento una religión de esclavos en los campos de cultivo del azúcar, del algodón o del tabaco; era una religión de negros libres en grandes ciudades como Salvador o Recife, en pleno contacto con la vida urbana brasileña, como ahora es una religión que ha superado las fronteras raciales y sociales. En otras palabras, el culto afro surgió de la confluencia de corrientes religiosas de muy variada procedencia, y no lo hizo antes de ya avanzado el siglo XIX.
A pesar de las apariencias, el papel del catolicismo en el surgimiento del culto es enorme. Por un lado, brindó el paradigma de templo y de sacerdote único, así como su santoral dio el modelo de un panteón homogéneo al mismo tiempo que especializado en la resolución de aflicciones particulares (Sta. Águeda, enfermedades del pecho, Sta. Lucía, de la vista, San Antonio, de la soltería, Sta. Rita, de los imposibles, etc.). El carácter clasificatorio de los miembros de su panteón que el candomblé explota hasta las máximas consecuencias, estaba ya esbozado en el santoral.
De igual manera, se estableció una suerte de identificación entre santos y divinidades afro, que sólo estos últimos tiempos está empezando a borrase, por la insistencia de los sacerdotes del candomblé de afirmar la autonomía del propio culto frente al oficial; esto no impide que a las divinidades afro se las llame "santos" con tanta frecuencia como Orixás,...