Content area
Full Text
Sobre el final de mi misión diplomática en Venezuela tengo el honor de recordar, junto a este auditorio excepcional, el Centésimo Aniversario de un acto de agresión hacia Venezuela que dio nacimiento a un hito en la doctrina política y jurídica americana.
Hemos escuchado a un ilustre venezolano, Don Simón Alberto Consalvi que con la erudicción y maestría a la que nos tiene acostumbrado ha traído a nuestra memoria estos acontecimientos que han forjado la historia común de América Latina.
Recordar a Luis María Drago y a su obra no es sólo un ejercicio académico. La vigencia de su doctrina adquiere especial significación en nuestros días. Su coraje cívico, autoridad moral, fuerza y respeto de los principios triunfaron por su propio peso frente al peligro para la soberanía e integridad territorial en nuestro continente.
Lo que provoca la famosa carta de Drago es el rechazo a la injerencia, la presión a la interferencia en un estado soberano.
Entre los principios básicos del Derecho Internacional que han sido consagrados, uno de los más destacados es el que determina que "todos los estados cualquiera sea la fuerza de que dispongan son entidades de derecho perfectamente iguales entre si y recíprocamente acreedores por ello a la misma consideración y respeto".
Resulta siempre estimulante constatat la vigencia de las cualidades humanas singulares del canciller de 1902 y resaltar la sorprendente actualidad de su pensamiento.
El comentario interpretativo de drago en su obra "La República de Argentina y el caso de Venezuela", además de su conocida nota, fueron precursores de ulteriores desarrollos en los campos Jurídico y Político Internacional con un vigor que...