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Luis Royo del Pozo es, para sus vecinos y amigos, Papá Luis, alto, interesante, bohemio y artista plástico singular. Hijo de Raquel Ilombé del Pozo Epita (1939-1992), autora de Leyendas guiñéanos (1981), del poemario Ceiba (1978) y de varios textos inéditos, ella - que también pintaba - fue siempre una de sus fuentes de inspiración y el eje de todos sus recuerdos de infancia y adolescencia en Madrid, en Bata, y en el espíritu que quedó acompañándole para siempre. En Bata le ha dejado y en Bata vive, desde entonces, Luis, que pinta en un marco incomparable: un amplio y luminoso estudio con un enorme balcón, siempre abierto, que se despliega al Atlántico, con vistas hasta Río Campo (la frontera guineo-camerunesa) . Entre estos muros, cargados de pinturas, no sólo se respira arte, sino también historia. Su señorial casa, de planta baja y tres pisos - hasta hace poco la más alta de la ciudad de Bata - perteneció a su abuelo materno, Raimundo del Pozo Ariznavarreta, un conocido republicano español de cuya relación con una mujer de Coriseo, Esperanza Epita Bianbuja, nació la poeta Ilombé, madre de Luis. Al comienzo de la Guerra Civil española, en 1936, la casa albergaba el Subgobierno colonial de Río Muni, por lo que recibió algunos cañonazos del buque artillado Ciudad de Mahón, enviado por el General Franco para conquistar la ciudad. Más tarde, la planta baja del edificio fue ocupada por la Factoría Dumbo, donde muchos guiñéanos recuerdan haber comprado sus primeros libros y sus primeros discos.
Luis pinta desde niño, por placer y sin escuelas. No pinta para vender, ni para exponer; simplemente forma parte de lo que lo define y de lo que organiza su mundo y así lo ejerce. Enamorado del bosque tropical que le ha cautivado y persuadido, durante todos estos años, para quedarse en Guinea, lo pinta tupido, con sus grandes árboles, entre los que se pueden ver espíritus africanos emergiendo, ritos y prácticas ancestrales, animales ocultos y músicas profundas. Juega con los colores a su antojo, los contrapone, les da vueltas, de forma que cuando se observan se puede ver la fuerza de la naturaleza y el miedo a ofenderla. Enamorado también de las anatomías femeninas, pinta mujeres desnudas, semidesnudas, abiertas o...