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Los procesos asociados a la construcción de la subregión andinoamazónica generaron áreas de doble y triple frontera que marcan retos para las políticas públicas y la cooperación transfronteriza. En este contexto, las dinámicas extractivistas se articularon con discursos neodesarrollistas y neoliberales que se traducen en proyectos como la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (iirsa). A esto se suma la constitución de organizaciones supranacionales y de integración en la región que no han sido útiles para enfrentar problemáticas transversales como la deforestación, las quemas o la pandemia de covid-19.
La frontera que simultáneamente separa y une el mundo andino amazónico y Brasil forma un gigantesco arco paralelo a la cordillera de los Andes desde Venezuela hasta Bolivia, pasando por Ecuador, Perú y Colombia como parte de la selva amazónica o Panamazonia1. Esta configuración fronteriza es el resultado de un largo y conflictivo proceso demarcatorio que ocupó casi dos siglos, desde finales del periodo colonial hasta la última década del siglo xx, cuando Perú y Ecuador acordaron una delimitación satisfactoria en sus dominios amazónicos tras varios conflictos y guerras. A lo largo de esta etapa, los países que comparten el amplio espacio amazónico hicieron, con diversos resultados, sus mejores esfuerzos para consolidar sus respectivos Estados-nación, a la par que dieron forma a las regiones amazónicas de cada país, lo que hoy conocemos como Amazonias nacionales. Estos procesos de larga duración, además de ser el producto del trabajo de comisiones y expediciones de límites que se formaron de manera explícita para adelantar las negociaciones de demarcación de las nuevas naciones, se entrelazaron con los avances y retrocesos de los frentes extractivos coloniales de nuevo cuño, del comercio y de la creciente presencia de agentes militares y civiles, así como de otras protoinstituciones que representaban a estos incipientes Estados.
Una primera diferencia en la configuración de este gran espacio de confluencia fronteriza amazónica entre Brasil y los países andinos durante el siglo xix la constituyó el hecho de que el primero, después de separarse de Portugal en 1822, mantuvo su forma imperial hasta 1889, cuando se proclamó la República, mientras que las naciones andinas con territorios en la Amazonia habían experimentado, cada una por su parte, varias décadas de búsqueda y cimentación de su modelo...