- La globalización imaginada, por Néstor García Canclini. México: Editorial Paidós, 1999.
La idea de la globalización está en muchos lugares por los cuatro rincones del mundo. Aparece en los hechos e interpretaciones relativas a todo lo que es intemacional, multinacional, transnacional, mundial y planetario. Está presente en la vida social y en las producciones intelectuales. Resuena en toda reflexión sobre el capitalismo, el socialisme, occidente, oriente, islamismo, cristianismo, modernidad y posmodernidad. En escala creciente las ciencias sociales están siendo desafiadas por esta problemática. En varios aspectos la globalización confiere nuevos significados a individuos y sociedad, modos de vida y formas de cultura, etnia y minoría, reforma y revolución, tiranía y democracia. Permite pensar el presente, rebuscar el pasado e imaginar el futuro. Todo puede ganar otra luz cuando se ve desde la perspectiva abierta de la globalización.
En esta ficción que hemos dado en llamar 'la globalización', Néstor García Canclini propone en La Globalización imaginada que nos detengamos en las teorías, sobre todo aquellas que proponen conjunciones entre las disciplinas. Templando con la precisión analítica con la que siempre podemos contar en los ensayos de Canclini, surge aquí una propuesta indispensable para calibrar lo que hace unas décadas se entendía como el destino ineludible de la modernidad. Después de dos décadas en que la globalización fue narrada como destino ineludible de la modernidad, comienza a estudiarse la variedad de intercambios, desencuentros y desigualdades que provoca. A Io que La globalización imaginada nos enfrenta en primer termine es a nuestro anacronismo, al modo en que nos hemos sumergido en la modernidad o como hoy se le post-llame, sin tomarnos el trabajo de categorizar el asombro, de encontrar las técnicas usadas por lo cambiante para cambiarnos. 'Nadie mete la mano dos veces en el mismo río'. Si Gastón Bachelard afirmó: 'Yo soy el límite de mis ilusiones perdidas', el globalizado que ya sabe a dónde pedir los cuatro elementos primordiales y en dónde venden el fuego más barato, o en dónde suministran el agua agónica, podrá senalar: 'Yo soy la aduana de mi principio de identidad'. En el panorama de dislocamientos subversivos de nuestros casilleros mentales a que tan ordenadamente convoca García Canclini, todo tiene que ver con todo de manera inesperada. Para no borrarse, las nacionalidades se diluyen, lo hispánico acepta por razones administrativas a lo portugués, lo que no es exportable se marchita, Miami se propone como sede de la anfictionía (sin Bolívar pero con fonogramas y videogramas), el analfabetismo funcional se ve obstaculizado por la frecuentación de The Web, el otro ante el espejo resulta uno mismo luego de que la diferencia le consiguió sitio a la diversidad. Al respecto de este juego de sombras veneradas y sombras que no sabemos de dónde vienen, García Canclini afirma:
Aquí se juega algo decisivo: cómo articular en una noción interamericana o supranacional de ciudadanía identidades de diversa escala, no excluyentes. Uno de los puntos clave en que se juega el carácter - opresivo o liberador - de la globalización es si nos permite imaginarnos con varias identidades, flexibles, modulares, a veces superpuestas, y que a su vez cree condiciones para que podamos imaginar legítimas y combinables, no sólo competitivas o amenazantes, las identidades o, mejor, las culturas de los otros. Pero sobre todo hay algo radicalmente democrático en admitir que muchas veces no sabemos cómo llamar a los otros. Es el punto de partida para escuchar cómo ellos se nombran.
Una de las virtudes de La globalización imaginada es atenerse a la contradicción aparente y real de su título. Nada menos imaginado que la globalización, nada más correspondiente a los imaginarios que esa súbita inmersión de los países que eran y se creían periféricos en la simultaneidad. Al parecer, Octavio Paz tendría que escribir ahora: 'Por primera vez en la historia, somos contemporáneos de los demás hombres que en este mall que llamábamos nación, están a punto de ver la misma película de Spielberg, o a punto de comprar el mismo video o el mismo DVD de El proyecto de la Bruja de Blair'. Así de específico es ya nuestro laberinto de la soledad. El multimedia, lo audiovisual, el cable, lo digital, los videoclips de MTV, son la experiencia compartida, a condición de que se tenga el tiempo y el dinero. García Canclini no olvida las diferencias de clase, no olvida los avatares del poder adquisitivo, no olvida cómo las transformaciones del paisaje urbano van de acuerdo con el dinero empleado en ser distintos porque el habitat se modifica. El describe:
Los ciudadanos adoptan nuevas estrategias de protección que modifican el paisaje urbano, los viajes por la ciudad, los hábitos e imaginarios cotidianos. En barrios populares - las favelas brasileñas, la villa miseria de Buenos Aires y sus equivalentes en Bogotá, Lima y México - los vecinos se organizan para cuidar la seguridad y aun impedir, en ciertos casos, la entrada de la policía. Sectores económicos poderosos establecen conjuntos residenciales y lugares de trabajo cerrados a la circulación o con acceso rigurosamente restringido. Algunos colocan controles igualmente estrictos en los centros comerciales y en otros edificios públicos.
García Canclini no lo dice, pero lo que se trastoca con los escenarios cerrados es la vivencia de la gran ciudad, las cal les ya no son el sitio feliz de los peripatéticos, el hogar es y debe ser literalmente una fortaleza. Los globalizados no son los globalifóbicos que pintó una mente muy influida por los apocalipsis de bolsillo. Más bien, y García Canclini lo estudia y lo divulga, son seres a quienes los cambios les resultan gajes del oficio que sólo si los piensan bien, les resultan formas de vida, y sólo si los asimilan sin cesar, se convierten en ese trámite de la verdadera identidad que es saberse siempre traspasando fronteras. No la imaginan del mismo modo el gerente de una empresa trasnacional, gobernantes de países centrales o periféricos, migrantes multiculrurales o artistas que buscan ampliar su audiencia.
Sólo una franja de políticos, financistas y académicos - sostiene García Canclini - piensan en una globalización circular. El resto imagina globalizaciones tangenciales con los que hablan inglés, con naciones de la propia región, o en acuerdos de libre comercio para protegerse de la competencia general izada. Junto a la homogeneidad generada por la circulación de capitales y bienes, emergen las diferencias culturales. No como simples resistencias a lo global.
El libro se divide en tres partes, la primera denominada 'Narrativas metáforas y teorías', en ella se plantea los melodramas de la interculturalidad y los espectáculos que se plantean en el marco desde globalización; la segunda, 'Intermedio' en el cual se expone los desencuentros entre un antropólogo latinoamericano, un sociólogo europeo y un especialista estadounidense en estudios regionales; la tercera 'Política para la interculturalidad', en donde se induce una agenda cultural para atender la globalización, por medio de aspectos como la reconstrucción del espacio público, una estética para gourmets interculturales buscando las políticas de intermediación; y finaliza con un apéndice en donde señala las ideas complementarias sobre el método sobre la interculturalidad.
El autor explora, a partir de una vasta bibliografía que incluye la ya consagrada y la más reciente, cómo cambian los acercamientos y las discrepancias entre Europa, América Latina y los Estados Unidos. Con cifras y datos novedosos compara los distintos modos en que se globalizan las finanzas, la ciudadanía, las artes visuales, las editoriales, la música y el cine. Examina las ambigüedades que esconden las metáforas empleadas para hablar de conflictos fronterizos y analiza el humor en los malentendidos interculturales.
Pero este no es sólo un libro sobre la globalización; propone, además, cómo renovar los estudios culturales - en diálogo con la antropología, la sociología y la economía - para reconstruir un pensamiento crítico. Sus planteamientos sobre el qué hacer para que los intercambios globales no se gestionen sólo en lobbies de empresarios sino en una esfera pública donde se va construyendo una ciudadanía multicultural. La globalización imaginada es un libro importante, que por su índole temática, obligará a revisiones continuas.
Ricardo Ramírez
Investigador de la Fundación ACIUR de Colombia
You have requested "on-the-fly" machine translation of selected content from our databases. This functionality is provided solely for your convenience and is in no way intended to replace human translation. Show full disclaimer
Neither ProQuest nor its licensors make any representations or warranties with respect to the translations. The translations are automatically generated "AS IS" and "AS AVAILABLE" and are not retained in our systems. PROQUEST AND ITS LICENSORS SPECIFICALLY DISCLAIM ANY AND ALL EXPRESS OR IMPLIED WARRANTIES, INCLUDING WITHOUT LIMITATION, ANY WARRANTIES FOR AVAILABILITY, ACCURACY, TIMELINESS, COMPLETENESS, NON-INFRINGMENT, MERCHANTABILITY OR FITNESS FOR A PARTICULAR PURPOSE. Your use of the translations is subject to all use restrictions contained in your Electronic Products License Agreement and by using the translation functionality you agree to forgo any and all claims against ProQuest or its licensors for your use of the translation functionality and any output derived there from. Hide full disclaimer
Copyright CEDLA - Centre for Latin American Research and Documentation Oct 2002
Abstract
Si Gastón Bachelard afirmó: 'Yo soy el límite de mis ilusiones perdidas', el globalizado que ya sabe a dónde pedir los cuatro elementos primordiales y en dónde venden el fuego más barato, o en dónde suministran el agua agónica, podrá senalar: 'Yo soy la aduana de mi principio de identidad'. El multimedia, lo audiovisual, el cable, lo digital, los videoclips de MTV, son la experiencia compartida, a condición de que se tenga el tiempo y el dinero. El libro se divide en tres partes, la primera denominada 'Narrativas metáforas y teorías', en ella se plantea los melodramas de la interculturalidad y los espectáculos que se plantean en el marco desde globalización; la segunda, 'Intermedio' en el cual se expone los desencuentros entre un antropólogo latinoamericano, un sociólogo europeo y un especialista estadounidense en estudios regionales; la tercera 'Política para la interculturalidad', en donde se induce una agenda cultural para atender la globalización, por medio de aspectos como la reconstrucción del espacio público, una estética para gourmets interculturales buscando las políticas de intermediación; y finaliza con un apéndice en donde señala las ideas complementarias sobre el método sobre la interculturalidad.
You have requested "on-the-fly" machine translation of selected content from our databases. This functionality is provided solely for your convenience and is in no way intended to replace human translation. Show full disclaimer
Neither ProQuest nor its licensors make any representations or warranties with respect to the translations. The translations are automatically generated "AS IS" and "AS AVAILABLE" and are not retained in our systems. PROQUEST AND ITS LICENSORS SPECIFICALLY DISCLAIM ANY AND ALL EXPRESS OR IMPLIED WARRANTIES, INCLUDING WITHOUT LIMITATION, ANY WARRANTIES FOR AVAILABILITY, ACCURACY, TIMELINESS, COMPLETENESS, NON-INFRINGMENT, MERCHANTABILITY OR FITNESS FOR A PARTICULAR PURPOSE. Your use of the translations is subject to all use restrictions contained in your Electronic Products License Agreement and by using the translation functionality you agree to forgo any and all claims against ProQuest or its licensors for your use of the translation functionality and any output derived there from. Hide full disclaimer