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La crisis de 1890 significó un quiebre en las certezas que amplios sectores de la sociedad argentine tenían sobre un futuro pleno de bienestar y riqueza, y un manto de desánimo y pesimismo reemplazó y desplazó el optimismo, ciertemente exagerado, de los años 80 y los mismos hombres de Estado reconocieron esa gravedad. Como sostienen Natalio Botana y Ezequiel Gallo, "la severidad de la crisis económica introdujo cambios significativos en el discurso oficial. El lenguaje del progresismo económico fue reemplazado por una retórica donde las palabras habituales eran sacrificio y austeridad".1 Ese pesimismo también se irradió hacia el campo político donde radicales, roquistas o mitristas efectuaban lectures diferentes y matizadas que los llevaban a diagnósticos y soluciones disímiles, aunque podían coincidir en la culpabilidad central del juarismo por los problemas suscitados durante su administración.
Los sectores vinculados a la economía y las finanzas, acostumbrados al enriquecimiento fácil y rápide, pasaron del asombro inicial al pánico provocado por el derrumbe de la Bolsa que podía implicar la caída en la pobreza de quienes habían amasado fortunas con la especulación. El malestar, el temor y la insatisfacción se trasladaron a una amplia gama de hombres (periodistas, funcionarios, escritores) que comenzaron a buscar en la crisis las claves de comprensión del país. Una crisis que era económica y política pero interpretada por muchos en una clave moral que ponía en tela de juicio las mismas bases sobre las que se había construido el Estado moderno.
La literatura de los 90, además de efectuar el registre social de esos años, reflejó esa lecture moraliste en lo que se he denominedo "el ciclo de le Boisa",2 una serie de novelas que intentaba desentrañar las causas del quiebre económico poniendo énfasis en la propia estructura económica y social y en el comportamiento moral de la sociedad. La más difundida de ellas fue, sin duda, La Bolsa de Julián Martel, escrita a fines de 1890 pero publicada como folletín en el diario La Nación entre el 24 de agosto y el 4 de octubre de 1891, hecho que le otorgó una amplia difusión. Allí Martel ponía énfasis en quienes corrompían y trataban de apoderarse del país, intentando destruir las bases morales de los argentinos. Si bien la culpabilidad última de la...