Homero, educador del pueblo griego

La figura borrosa de Homero, que se confunde con la leyenda en las brumas de la historia de la humanidad, es -fundamentalmentela figura formadora del pueblo griego.

Su retrato: un aedo viejo, en cuyos ojos no fulgura la luz del sol y en cuya frente hay una luminosidad particular y sosteniéndose en un cayado por el peso abrumador de los años, así le pinta la historia con tenues trazos que semejan un boceto de la efigie de un poeta...

Este hombre, se supone sea el autor de dos epopeyas inmortales: La Iliada y La Odisea.

Pero. ¿Existió realmente Homero?

Esa es una cuestión que no podemos dilucidar tan fácilmente. En sí, Homero es la encarnación del espíritu del pueblo griego.

Homero creó un concepto muy particular de nobleza. Es la "nobleza homérica" a la que alude Jaeger en su obra Paideia: Los ideales de la cultura griega. Ahora bien, el griego puso muy en alto ese concepto de nobleza, considerándolo fundamental para la educación y esa educación es la base del ideal del hombre griego. Dicho concepto es la areté.

La nobleza no sólo implica nacer de cuna ilustre, sino una búsqueda constante de la belleza. El griego ha buscado, constantemente, la belleza física y moral. Esa condición es fundamental en el hombre griego para no sólo lograr la belleza sino para hacerse acree - dor a una areté que pueda conducir a la misma gloria que ésta propicia.

Ciertamente, la condición de nobleza la proporciona nacer en un abolengo ilustre, mas para el griego esto no es lo único. Dicha condición puede darse en las personas humildes "honrando a los dioses, a los padres, a los extranjeros, observando reglas de prudencia para la vida, así se puede lograr una buena areté." (Jaeger, 1974, p. 19)

Si se toma en cuenta que la areté es la "excelencia humana" y además "la superioridad de los seres no humanos", como "el valor y la rapidez de los caballos nobles" o bien "la fuerza de los dioses" (Jaeger, 1974, p. 20, ver notas 2, 3 y 4), entonces tendremos que la areté es la excelencia en sí misma. Es esa excelencia que tienen de forma inherente los seres superiores, representados, en este caso, por los habitantes del Olimpo....