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El Machete sirve para cortar Ia caña, para abrir las veredas en los bosques umbríos, decapitar culebras, tronchar toda cizaña y humillar Ia soberbia de los ricos impíos.
Graciela Amador, lema de El Machete.
Un puente entre dos revoluciones
Durante Ia segunda mitad de los años 1920 el periódico quincenal El Machete publicó obras de verso y prosa que pretendían fomentar una nueva ideología revolucionaria en México. En esta época, cuando Ia violencia iniciada en 1910 aún persistía y Ia tinta de Ia literatura de Ia Revolución Mexicana apenas empezaba a fluir1, los corridos y relatos de El Machete exaltaron Ia lucha obrera y campesina y denunciaron Ia situación de miseria que perduraba a pesar del establecimiento de un nuevo orden social. Fundado en 1924 por el Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores (SOTPE), organización creada por los muralistas mexicanos, El Machete sirvió como medio para denunciar el imperialismo, informar sobre el comunismo y señalar Ia hipocresía de los nuevos gobernantes2. Bajo Ia dirección de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Xavier Guerrero, los primeros números explayaron dramáticos grabados y dibujos que acentuaban sus posiciones políticas y ejemplificaban su visión del arte público. El periódico mantuvo una asidua postura crítica frente a Ia Revolución al ser adoptado en 1 925 como órgano oficial del Partido Comunista de México (PCM), cambio que también marcó Ia reducción del arte gráfico y Ia extensión de los textos literarios en el periódico. En vez de celebrar Ia Revolución Mexicana como una "misión cumplida" o retratar Ia lucha heroica y "viril" de los años de guerra, muchas de estas contribuciones exigieron una transformación aún más radical e informaron sobre los avances de otra revolución, Ia de los bolcheviques rusos de 1917.
El Machete nunca pretendió funcionar como revista literaria. La literatura, en palabras de Siqueiros, se quedó "al margen" del proyecto del SOTPE por Ia falta de compromiso revolucionario entre los escritores mexicanos y su producción "meliflua y descastada" ("Al Margen" 3)3. Como órgano de los muralistas, El Machete limitó su publicación literaria a los corridos que acompañaron algunos de los grabados políticos y al célebre lema del periódico (citado en el epígrafe), siempre presente en Ia cabecera. Ya bajo Ia dirección de Rosendo Gómez Lorenzo y como órgano...